Tal y como dice la letra de la canción "La Violeta y la Parra", Violeta Parra nació cantando. Pero esa no fue su única contribución al legado artístico de Chile. Además de tocar guitarra e instrumentos varios, Violeta también era una arpillera empedernida, una amante del óleo libre y una artista experimental con el papel maché y la escultura.
Como un espejo de su música interior y de su mirada particular de la historia, Violeta Parra dejó escenas gráficas en estos cuatro tipos de formatos, los cuales pueden ser recordados en vivo en el Museo Violeta Parra de Santiago.
Entre los tejidos bordados y pintados más icónicos de la artista están "La Cueca", "Contra la Guerra" y su afiche con el famoso ojo bordado que sirvió como llamado gráfico a su exposición de arpilleras, pinturas y esculturas en el Musée des Arts Décoratifs del Louvre, entre el 8 de abril y el 11 de mayo de 1964.
En 2017, cuando se cumplieron 100 años del natalicio de la folklorista, el Estado de Chile declaró Monumento Nacional 42 de sus obras.
También te puede interesar: "Para recordar a Violeta Parra: “Las Últimas Composiciones”, el disco que dejó antes de partir".