La Familia Real británica tiene una serie de reglas y sus integrantes deben seguir un estricto protocolo en cada una de las cosas que hacen. Como si esto fuera poco, también hay un nombre que está prohibido entre la realeza, debido a que es considerado sinónimo de desgracia y tristeza.
Hay una poderosa razón para que los miembros de la corona hayan decidido descartar el nombre "John" para alguno de sus hijos y detrás hay una escalofriante historia.
De acuerdo a esto, en 1905 llegó al mundo el sexto y último hijo del Rey George V y de María de Teck, el cual nació el 12 de julio de ese año en Norlfolk, quien estaba antecedido por sus hermanos Edward, Bertie (padre de Elizabeth), Mary, Henry y George.
A los 4 años, este miebro de la realeza tuvo un ataque epiléptico y desde ese entonces, parece ser que su propia familia lo mantuvo aislado de la vida pública, de tal manera que lo instalaron en una estancia en las afueras de Inglaterra junto a su niñera, Lala.
Fue en aquel lugar donde el joven vivió sus últimos días de vida completamente aislado de su familia, pues se avergonzaban de su condición. Se dice que pasaba mucho tiempo leyendo libros y contemplando la naturaleza.
Con tan solo 13 años, John falleció en enero de 1919. Sus padres decidieron que sus restos descansarían en el cementerio de la iglesia Santa María Magdalena de Sandringham, recoge Publimetro.
Su muerte supuso una muy mala impresión alrededor de la figura del rey George V y María de Teck, por despreciar de esa manera a su hijo. Desde entonces, ningún miembro de la realeza consideraría el nombre de John para llamar así a uno de sus vástagos. Para ellos, John es sinónimo de desgracia y tristeza.
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