La ciencia lo dice: la escritura es terapéutica por el formato del anonimato y esto es algo que ha quedado en evidencia con diversas investigaciones que se han realizado en más de tres décadas.
"Escribir en la intimidad y sabiendo que nadie lo va a leer, permite que las personas mejoren tanto su salud física como emocional”, afirma Mónica Bruder, doctora en Psicología y discípula de de James Pennebaker, quien se ha dedicado a este tema.
En el departamento de Psicología de la Universidad de Austin (Texas, Estados Unidos), hicieron una investigación que persiguió demostrar cómo impacta la escritura en personas que atraviesan por períodos de gran estrés o momentos traumáticos de distinta índole (enfermedades terminales, cambios de universidad, etc).
La principal conclusión: toda escritura es terapéutica. Se pudo comprobar que las personas que decidieron llevar al papel situaciones traumáticas “mejoraron mucho su salud física y bajaron su nivel de estrés en comparación a quienes no lo hicieron.
¿La razón? Escribir te ayuda a liberarte y a ordenar el pensamiento.
Escribir para sanar
Las personas que llevan al papel situaciones traumáticas “mejoran mucho su salud física, tienen menos estrés”, sostiene la especialista y agrega: “Eso significa que visitan menos a los médicos, toman menos remedios. Es mucho más eficaz que cualquier tipo de terapia que tenga que ver con lo artístico. Es decir, tiene más eficacia que lo que podría resolverse con danzaterapia o musicoterapia, entre otras. Se debe a que la escritura terapéutica trabaja con ambos hemisferios (derecho e izquierdo) y eso hace que la persona mejore su sistema inmune", finaliza.
Si estás atravesando por una situación traumática, la recomendación que hacen desde Writing and Health: Some Practical Advice, es escribir un mínimo de 15 minutos diarios, por lo menos durante 3 o 4 días seguidos. Esto, con total honestidad y siempre en primera persona.
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