Cuando está nublado muchos guardan los lentes de sol y no se acuerdan de ellos hasta que vuelve a salir el sol. Otros no se los sacan por nada del mundo y se arriesgan a más de alguna broma en la calle o de parte del grupo de amigos.
Pero la verdad es que es este segundo grupo el que está en lo correcto, porque los expertos dicen que por más nublado que esté y que el sol no piense asomarse por ninguna parte, los rayos UV siguen estando ahí y penetrando nuestras retinas, aunque no nos demos cuenta.
Es por eso que tal como con la piel, los ojos hay que cuidarlos de la misma manera. O sea, usar lentes de sol en días nublados no tiene que ser un símbolo de excentricidad, sino que de preocupación por la salud.
Claro, si nos ponemos a pensar, anatómicamente el cuerpo humano está preparado para proteger al ojo de manera completa. Está adentro del cráneo para resguardar el globo ocular y contamos con las cejas, pestañas y párpados que lo defienden del polvo u otros agentes externos.
¿Pero qué pasa con la retina?
Acá está el problema, porque según la Organización Mundial de la Salud, los párpados o la contracción de la pupila sólo la protegen de la luz brillante. En lo que parecería ser un olvido de la Madre Naturaleza, nos dejó sin protección contra los rayos ultravioleta, que no los vemos ni sentimos, pero están ahí.
Así que la recomendación es a no sentir vergüenza y a usar los lentes de sol ante cualquier condición, siempre que sea de día. Porque a la noche no hay rayos UV en el ambiente.
¿Cuáles son los efectos a la exposición desprotegida a los rayos UV?
Los oftalmólogos dicen que no cuidarse los ojos adecuadamente puede acarrear varias complicaciones en el mediano y largo plazo. La exposición excesiva a los rayos UV puede desarrollar diferentes patologías como cataratas o cambios degenerativos en la córnea, entre otras. Además de causar visión borrosa, irritación, enrojecimiento de los ojos, pérdida temporal de la visión y, en casos más extremos, ceguera.
¿Sirve cualquier lente de sol?
La verdad es que no. Tienen que contar con protección UV completa o, por lo menos, que protejan contra los rayos UVA y UVB o UV 400.