La crisis por la que atraviesa Nicaragua es sin duda, la más grave en el país desde la caída del dictador Anastasio Somoza en 1979.
El Gobierno del presidente Daniel Ortega desarrolla una ofensiva armada sostenida, en la que policías y paramilitares mantienen un estado de sitio no decretado, situación que mañana cumple tres meses.
Las cifras hablan por si sola en torno a la magnitud de la tragedia: más de 350 muertos y al menos 2.000 heridos, en su gran mayoría jóvenes y estudiantes.
Te dejamos las claves para entender el conflicto a continuación:
¿Cuál es el origen de las protestas?
Tuvieron su punto de partida en abril, cuando el gobierno de Ortega anunció recortes al seguro social, lo que significaba un aumento de cuotas para trabajadores y empresas junto con un impuesto del 5% a las pensiones de los jubilados. La crisis comenzó el 18 de abril con una protesta de estudiantes, a las que luego se fueron sumando trabajadores, comerciantes, pequeños empresarios y campesinos.
¿Dos fuerzas en disputa?
La opositora Alianza Cívica argumenta que se deben adelantar las elecciones presidenciales de 2021, a fin de que Ortega termine su mandato. Esto, tras una crisis económica, con más de 2.000 millones de dólares en pérdidas.
El Gobierno por su parte, insiste en que se trata de un "complot terrorista" financiado desde el exterior y que busca la desestabilización del país mediante un "golpe de Estado suave", lo que ha desatado la violencia armada.
El factor sandinista y la Iglesia como mediadora
No hay que perder de vista que a este conflicto se suman las fuerzas paramilitares conformadas por policías, ex militares e integrantes de un sector de la base sandinista. En medio del gobierno y sus detractores se encuentra la Iglesia Católica que intenta actuar como mediadora en este conflicto.
La crisis en cifras
Como ocurre generalmente en este tipo de crisis, las cifras varían dependiendo de las partes. En este caso, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hizo un recuento de 273 víctimas fatales hasta el sábado recién pasado. Sin embargo, organismos de derechos humanos de Nicaragua elevan el número a más de 350 fallecidos, en su mayoría jóvenes estudiantes heridos por armas de fuego.
Reacciones de la comunidad internacional
La Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y la mayor parte de Gobiernos latinoamericanos se han pronunciado exigiendo el "cese inmediato a los actos de violencia" en Nicaragua. Así mismo, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ha pedido el fin de la represión.
Venezuela, Cuba, Bolivia y algunos países del Caribe adscritos a la alianza bolivariana ALBA, además del Gobierno de Rusia, se han mostrado en favor de Ortega, abalando una teoría de complot internacional para sacarlo del poder.