El éxito científico ocurrió gracias al apoyo de una madre sustituta y a que los padres biológicos de Tiantian habían congelado embriones antes de morir.
La historia
Antes del trágico accidente, los padres de Tiantian, Shen Jie y Liu Xi, se encontraban batallando por concebir un hijo. La pareja había tomado la decisión de congelar varios embriones, para posteriormente probar el método de fertilización asistida y así cumplir su sueño.
En marzo de 2013, a Liu le iban a realizar el trasplante de uno de los embriones fertilizados, pero cinco días antes falleció junto a su esposo en un accidente de auto.
Durante los siguientes tres años, los padres de la pareja —es decir, los ahora abuelos de Tiantian— lucharon para obtener los derechos judiciales de cuatro de esos embriones congelados.
La llegada de Tiantian
A comienzos de 2017, la pareja de abuelos logró conseguir la custodia de los embriones y, a través de una agencia de gestación subrogada en Laos (este método es ilegal en China), encontraron a una madre sustituta.
Luego de un embarazo normal, en diciembre pasado Tiantian, que en chino significa "dulzura", llegó al mundo.
Pero eso no fue todo, porque los abuelos tuvieron que realizar pruebas de ADN para demostrar su relación biológica con el niño y así obtener la custodia del pequeño.