Después de cenar junto a su esposa, un cliente habitual de un restaurante de Bellevue, en Washington, Estados Unidos, solicitó la cuenta, que ascendía a 39 dólares. Al pagar, el hombre no solo aceptó el 20% de propina que se suele dejar en el local, sino que agregó un generoso regalo para los empleados.
Dwayne Clark decidió dejar la suculenta suma de 3.000 dólares de propia, para que sea repartida entre todos los trabajadores del restaurante. Pero no solo eso, ya que además dejó una emotiva nota dirigida a los empleados del lugar.
De hecho, fue esa nota la que le confirmó a la camarera que la suma escrita por el cliente estaba correcta y no se trataba de un error.
"¡Ustedes hacen un gran trabajo! Cuando tenía 7 años, yo lavaba los platos y mi madre cocinaba en un restaurante como este. Éramos muy pobres y no teníamos dinero en Navidad. Espero que esto ayude a que todos tengan unas fiestas mejores", escribió Clark.
Clark, quien es el fundador y gerente de una empresa que ayuda a ancianos, es cliente del restaurante desde hace 8 años y tiene claro lo difícil que puede resultar ser camarero: "Solía ver qué tan duro trabajaba mi madre para gente que no siempre era agradecida. No hay que dar dinero necesariamente. Se pueden escribir notas de agradecimiento y decir gracias", dijo el hombre a la cadena ABC.
Cada uno de los 12 empleados del restaurante recibirá 250 dólares de la generosa propina dejada por el agradecido cliente.