Un estudio de la Cardiff University buscó el relacionar el consumo de alcohol con la aparición de diferentes conductas, en las que aquella droga puede actuar como un "encendedor" ante una mecha.
Para esto, entrevistaron a 124 personas que sufrieron accidentes y emergencias con daños físicos en tres ciudades multiculturales de Inglaterra.
De ellos, el 90% reportó haber estado bajo la influencia del alcohol, mientras que 23 personas revelaron haber sido los que iniciaron los ataques, todos motivados por prejuicios de algún tipo.
En mayor detalle, siete atacaron a otras personas por su apariencia, cinco por temas raciales, tres por su lugar de residencia y ocho por religión u orientación sexual.
Entre las conclusiones del estudio aparece que la mayor cantidad de crímenes de odio fueron cometidos por personas borrachas.
Jonathan Sheperd, parte del Instituto de Investigación del Crimen y Seguridad, comentó que "un shockeante aspecto del estudio fue el descubrimiento de que la mayoría de los ataques no estaban influenciados solo por el odio, sino que el alcohol sirvió como catalizador".
"Nuestras revelaciones sugieren que detener el abuso del alcohol no es solo importante por la salud de los individuos, sino que también por la salud de la sociedad", finalizó.