Cuando aún no superamos los dichos de Morrissey defendiendo a Kevin Spacey de las acusaciones de acoso y abuso sexual, ahora vuelve con otra polémica declaración: Es anti-inmigración.
En conversación con Die Spiegel -el mismo medio en el que realizó sus anteriores declaraciones- el inglés disparó: "Quiero que Alemania sea alemana. Quiero que Francia sea francesa. Si intentas que todo sea multicultural, al final no tendrás ninguna cultura".
"Todos los países europeos han peleado por su identidad por muchos, muchos años. Y ahora solo la desperdician. Creo que eso es triste", añadió.
Luego cayó en la misma mentira de la ultraderecha europea al afirmar que la inmigración aumenta la tasa de violaciones, algo completamente falso: "Estoy triste porque Berlín se ha vuelto una capital de la violación… por las fronteras abiertas".
Según apunta La Tercera, los datos reales comprueban que Morrissey está solamente dando jugo: La tasa de violaciones en aquel país bajó en un 6%, situándose en un lugar más bajo que Estados Unidos, Suecia e incluso el Reino Unido.