El sábado pasado, una mujer siria refugiada en nuestro país sufrió un cobarde ataque: Un desconocido le intentó quitar su hiyab y luego la empujó al suelo.
Tras conocerse esto, un grupo de cinco familias se encuentra protestando frente a la sede de la ONU en Vitacura para exigir su salida de Chile.
Estas personas, que llegaron solamente hace un mes y medio arrancando de las terribles condiciones existentes en su país, dicen sentirse inseguras y discriminadas luego de esta indignante agresión.
"Nos habían prometido que acá en Chile estaríamos tranquilos, que no tendríamos mayores problemas, pero eso no pasó. El ataque a nuestra compatriota nos dejó preocupados y desilusionados, pensamos que estaríamos tranquilos", comentó uno de ellos.
Luego añadió que "venimos de un país violento y encontrarnos con esto fue chocante, lo único que queremos es tranquilidad".
Desde la Subsecretaría del Interior se realizó una denuncia en la Fiscalía Oriente para buscar al responsable del ataque a Mariam, quien además sufrió un aborto espontáneo en aquel momento, aunque aún no se establece si tiene conexión directa con los golpes recibidos.
Por su parte, la vocera de Gobierno, Paulina Narváez, indicó que "en el caso específico de la mujer que vivió la agresión se trataba de un caso muy particular, y no de un hecho generalizado de ataques xenófobos, siempre es importante que esto se investigue como corresponde en los canales institucionales y por cierto rechazamos cualquier acto de xenofobia o rechazo a las personas que hemos acogido con mucha disposición, con mucho cariño y dedicación para que su adaptación sea lo más fluida posible".