El tiburón anguila es una especie prehistórica que, aunque habita la Tierra desde antes que el hombre, pocas veces ha sido visto, debido a que suelen refugiarse en las profundidades del mar.
Sin embargo, recientemente uno de estos especímenes fue capturado por un grupo de biólogos marinos, quienes al verlo en la red de pesca supieron de inmediato que estaban frente a un animal poco común.
Fue la forma de su cabeza, más bien redonda, y una larga hilera de 300 dientes, delgados y afilados, lo que los hizo pensar que estaban frente a un escualo único. Poco después confirmarían que se trataba de un Chlamydoselachus anguineus.
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El animal fue capturado en agosto pasado en aguas cercanas al Algarve, la zona más meridional de Portugal. Y fue atrapado debido a que cayó en una red que fue lanzada a 700 metros de profundidad, publica BBC.
Los expertos lo catalogan como un "fósil viviente", ya que pertenece a la única especie sobreviviente de una familia de tiburones en la que todas las demás se extinguieron.
Sin duda, la mayor particularidad de este animal son sus dientes, que apuntan hacia adentro, lo que le permite atrapar grandes presas y mantenerlas en la boca, con lo que evita que escapen. Por lo mismo es considerado un depredador peligroso y muy agresivo.
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En el caso del ejemplar capturado en Portugal, era un macho adulto de 1,5 metros de largo y cuando lo sacaron del mar ya estaba muerto.
Un pescador ruso, que se hizo popular en las redes sociales hace un tiempo por las extrañas especies que suele capturar, había logrado atrapar uno de estos tiburones con anterioridad.