Cuando pensamos en Bon Jovi pueden pasar dos cosas: Asociarlos a una banda de karaoke de sábado por la noche cuando no tienes dónde más carretear, o en una banda que de alguna u otra forma estuvo en el playlist de tus últimos 30 años. Sí o sí te sabes alguna canción, ya sea de los clásicos de la época de "You Give Love a Bad Name", lo que pudiste conocer en tu adolescencia como "One Wild Night" o algo más reciente como su nuevo disco This House Is Not For Sale.
Una mezcla de todo eso se vivió en el Estadio Monumental el jueves por la noche, entre un público que no bajó de los 27 años y que en promedio superaba los 40: Todos coreando temas como "It's My Life", "We Weren't Born To Follow" e incluso "Bed Of Roses" que pasó a un intenso "Cama de Rousas" en medio de una noche más fría que abrazo de suegra que también albergó clásicos de la talla de "Wanted Dead or Alive".
¿Cómo se ve la banda de los 80'? Bien, estable, con un par de arreglos en sus canciones para ayudar a la voz de Jon Bon Jovi -quien por cierto lució una sonrisa más blanca que comercial de Pepsodent y Ross Geller- y perfectos luego de la partida (hace rato ya) de Richie Sambora.
39.000 personas los vieron en el recinto de Macul que fue reabierto para conciertos, y que además duró DOS HORAS Y MEDIA -los que esperaban que después de "Livin' On a Prayer" la cosa terminaba, estaban equivocados-; algo que cualquier fanático espera de su banda y con lo que se cumplió de forma correcta; un show donde cada tema fue un éxito seguro y donde también aprovecharon de sacarle provecho a los típicos prejuicios que se les ha hecho sobre si aún tienen algo que hacer sobre el escenario. Todo eso se olvida a las primeras notas en piano de temas como "Runnaway", que siempre se agradecen.
*Fotos gentileza DG MEDIOS (Jaime Valenzuela)