Corea del Norte sigue con sus ensayos nucleares. El último misil lanzado por el gobierno de Kim Jong-un tuvo un vuelo de menos de 14 minutos recorriendo 2.700 kilómetros sobre territorio japonés. Esta situación preocupa al gobierno nipón que tiene ideado un plan en caso de que se perpetre un ataque nuclear desde Corea.
Los japoneses recordaron sus peores pesadillas del pasado con el sonido del sistema de alerta (Alerta-J). Tras muchos años de paz y tranquilidad, el país parece estar preparado para lo peor. El misil que Corea del Norte lanzó aterrizó a 1.180 kilómetros de las costas japonesas, en el Océano Índico, pero pasó por encima de parte del país a unos 200 metros.
Las autoridades estiman que un misil llegaría a Tokio en 10 minutos, es decir, 13 millones de personas tienen ese tiempo para lograr ponerse a salvo en refugios. En Osaka, la situación es peor. 2,5 millones de personas solo tienen 4 minutos para resguardarse.
El principal sistema de aviso a la nación es J, una alarma basada en satélites, desarrollada en el año 2007, que se difunde a través de televisiones, radios, sistemas de altavoces nacionales e incluso por mensajes de celular.
La alarma se tarda aproximadamente un segundo en informar a los funcionarios locales, y entre 4 y 20 segundos para transmitir el mensaje a los ciudadanos. Además, todas las advertencias, excepto las meteorológicas severas, se transmiten en cinco idiomas: japonés, inglés, mandarín, coreano y portugués.
Además la defensa del país entrega folletos con las siguientes instrucciones después de un posible ataque nuclear:
"Intentar escapar a un lugar cubierto, un edificio robusto o un centro comercial subterráneo cercano. Se aconseja a las familias en sus hogares que se mantengan bajo al suelo, que se tapen debajo de las mesas y que se mantengan alejadas de las ventanas de cristal.
Es muy difícil poder indicar la zona exacta de caída de un misil antes de su lanzamiento. Se estima que un cohete caerá a tierra en un espacio muy corto de tiempo.
Cúbrete la cabeza con la chaqueta, la boca y la nariz con un pañuelo y escapa del lugar de la explosión. Una vez en casa, quítate la ropa contaminada, ponla en bolsas de plástico dentro de un contenedor y séllalo. Después, lávate las manos, la cara y todo el cuerpo con jabón".
Suena escabroso y preocupante, pero los japoneses saben que el hecho de estar ubicados en esa zona, los hace ser un blanco fácil.