Podríamos revivir el dicho "jugamos como nunca, perdimos como siempre" respecto de este partido, el que Chile perdió a causa de un error de Marcelo Díaz.
Esto llegó solo a los 20 minutos de juego, quizá los mejores que ha realizado Chile en el último tiempo, tras lo cual La Roja no pudo penetrar la férrea defensa que planteó el equipo europeo.
Alemania, por su parte, manejó la ventaja jugando a la contra y cerrando todos los espacios en la defensa, sin proponer un fútbol ofensivo como en otras ocasiones.
De esta forma, Chile no pudo conseguir su tercera copa consecutiva en tres años, pero -sin ánimos de volver a las "victorias morales"- dejó una imagen más que satisfactoria en miras a lo que se viene el próximo año: El Mundial de Fútbol de Rusia.