Cuando estamos trabajando o estudiando alguna materia muchos tienen la costumbre de llevarse hasta la boca uno de los extremos de un lápiz o un bolígrafo para morderlo incluso para utilizarlo como chupete. Si bien no existen estudios sobre si esta acción entrega efectivos poderes para la concentración, hay investigaciones que afirman que esto puede transformarse en un verdadero peligro para tu organismo.
Según consigna el medio ABC, los lápices además de ser muy útiles cuando necesitamos plasmar una idea en un papel, estos son un gran medio de transporte para microbios y bacterias debido a las múltiples manos por las que pueden pasar o los diversos espacios en los que aguardan para ser utilizados. A esto se suma la bajas medidas de higiene que le aplicamos a los bolígrafos, ya que rara vez ejercemos labores de limpieza sobre esta herramienta.
El profesor de Microbiología en la Universidad Complutense de Madrid, Víctor Jiménez, sobre este tema manifestó que "desde el punto de vista microbiológico, cualquier cosa que te lleves a la boca puede ser peligrosa", además agregó: "Si no lo ha tocado alguien que sea un foco infeccioso no tiene por qué estar contaminado, pero un bolígrafo es un fómite, o sea, un vehículo de gérmenes".
Sumado a las peligrosas bacterias que puede transportar tu lápiz favorito, que pueden causar una serie de enfermedades, está presente el riesgo de consumir de forma accidental la tinta de dicho bolígrafo. La toxicidad de los productos que siempre llevamos es un factor que debemos considerar siempre.
Pero la tinta y los microorganismos que transporta un simple bolígrafo no son los únicos peligros que corres al momento de morderlo, ya que siempre está presente el riesgo de asfixia producto del desprendimiento de cada una de las tapas o piezas que se puedan separar de la estructura de este útil de trabajo.