Los estornudos son inmensamente poderosos. Pueden alcanzar una velocidad de hasta 100 km/h y lograr una distancia de hasta 9,1 metros. Muchas veces nos resistimos a estornudar en público, no obstante, el aguantar este acto reflejo puede traer complicaciones.
El médico Dale Taylor, un otorrinolaringólogo de Santa Bárbara, explicó lo que sucedería si contuviésemos todos nuestros estornudos. Indicó que en estricto rigor, evitarlos no es tan perjudicial para nuestro organismo como muchos creen, sin embargo, tampoco es una conducta saludable.
En el peor de los casos podría romperse el tímpano o que estalle alguno de los vasos sanguíneos oculares. Sin embargo, la probabilidad de que esto suceda es baja.
No obstante, si se detuviese un estornudo violento, la presión generada podría trasladarse hasta los senos paranasales y el cráneo, lo cual provocaría pequeñas fisuras en los huesos que hay entre la nariz y los ojos o entre la nariz y el cerebro. Sin embargo, estas fisuras sanan por sí mismas, así que no son para preocuparse.
A pesar de que no se corren grandes peligros, es recomendable para prevenir cualquier lesión, dejar que el estornudo salga libremente. Si producto de las circunstancias es necesario contenerlo, se puede dejar liberar la presión a través de la boca, como si se estuviera tosiendo.