El contacto visual con el otro es definitivamente el primer paso para socializar. Desde la temprana edad nos exponemos a la posibilidad de conocer otras personas. En ese momento, algunos reaccionan de mejor manera que otros. Y es que para algunos resulta complicado dejar atrás la vergüenza para entablar conversación con desconocidos. ¿A quién no le ha pasado?
Seguramente que el fijar la mirada en los ojos de la otra persona es una de las cosas que más nos cuesta. Extrañamente nos sentimos nerviosos. El hecho de que toda la atención del otro ser humano se centre en nosotros/as nos provoca una sensación de inseguridad y vulnerabilidad ante el escrutinio de quien nos mira. ¿Cómo explicamos ésto?
Según los expertos, se ha demostrado una mirada puede pasar de agradable a espeluznante en segundos. El problema es que las diferencias de cuando nos encontramos cómodos o incómodos varía mucho entre unos y otros, dependiendo de la personalidad, además de los rasgos cognitivos.
Tanto la psicopatía y la alexitimia (incapacidad de hacer corresponder las acciones con las emociones) se asocian con frecuencia a la incomodidad del contacto visual. Ocurre lo mismo con el neuroticismo, la timidez, la ansiedad social y el autismo.
En un estudio que fue realizado hace unos años, el investigador Jari Hietanen demostraba que aquellos que exhiben características neuróticas se sienten más incómodos al sostener la mirada de alguien.
Hietanen usó un modelo de cinco factores para medir la personalidad: la apertura, consciencia, extraversión, amabilidad y neuroticismo. Según el autor, en palabras simples "el retiro de ojos está relacionado con la inhibición y se caracteriza por la ansiedad, la depresión, la alta conciencia de sí mismo y el sentimiento de vulnerabilidad", acotó.
Desde esa perspectiva, y para solucionar este tema, la profesora del MIT, Lily Zhang, señala que existen consejos a seguir para encontrar el equilibrio adecuado cuando se trata de realizar un contacto visual no incómodo. Ella sugirió los siguientes trucos:
- Establecer el tono correcto: un truco cuando conocemos a alguien por primera vez. Al saludarle, debemos mirar a sus ojos el tiempo suficiente para registrar el color antes de apartar la mirada.
- El truco del triángulo: mientras hablas, puedes usar este método para parecer interesado y comprometido todo el tiempo. Imagina un triángulo invertido que actúa como un perímetro alrededor de las características principales de la cara de una persona. Los puntos deben abarcar los ojos y la boca. Durante la conversación, mueve tu mirada de un punto en el triángulo a otro cada cinco a 10 segundos. Esto nos ahorrará el acto antinatural de mirar fijamente a sus ojos.
- La práctica hace la perfección: Mientras estés hablando, trata de evitar distraerte con pensamientos sobre el contacto visual.