Una niña de cinco años rompió en llanto luego de que un grupo de funcionarios municipales de Londres le dieran una multa por vender limonada a la salida del festival Lovebox.
¿Cómo fue eso? Andre Spicer y su hija se encontraban fuera del Victoria Park de la capital inglesa el pasado 16 de julio, en donde vendían aquel bebestible a 50 centavos o una libra dependiendo del tamaño, es decir, entre $350 y $700 aproximadamente.
Después de media hora en el lugar, cuatro funcionarios llegaron para cerrar su improvisado puesto y entregarles una multa, momento en el que la niña se puso a llorar pensando que "había hecho algo malo".
¿Y cuánto tenían que pagar? 150£, lo que aproximadamente son $130.000, aunque el municipio entró en razón, canceló aquel monto y se contactó con la familia para pedir disculpas.
"Estamos arrepentidos de que esto haya ocurrido. Esperamos que nuestros oficiales muestren algo de sentido común y usen sus poderes con sensibilidad. Claramente, eso no ocurrió", comunicó un vocero a Evening Standard.