Nos ha pasado más de una vez y pese a las consecuencias negativas, continuamos cometiendo errores en ese sentido. Y es que constantemente debemos suscribir contratos para obtener servicios, integrarnos a labores en alguna empresa o garantizar la entrega de algunos productos.
Sin embargo, ante el apuro y las distintas obligaciones que tenemos diariamente, no leemos con atención estos documentos, firmando "sin saber" extrañas cláusulas que incluyen pagos extras, pérdida de beneficios por circunstancias específicas o engorrosos trámites para cancelar el contrato.
Las organizaciones que protegen a los consumidores realizan constantemente campañas para que las empresas enfaticen en clarificar sus cláusulas y para que los clientes no se dejen "engañar" ante estos términos "abusivos".
En el marco del programa General Data Protection Regulation (GDPR), iniciativa a nivel europeo que busca que las compañías simplifiquen sus términos y condiciones, la empresa Purple decidió probar a sus clientes con un particular contrato.
La empresa con sede en Manchester que se dedica a suministrar acceso gratuito a Internet para compañías como Lego, Outback Steakhouse o Pizza Express, decidió hacer un pequeño experimento. Durante dos semanas añadieron una cláusula a sus términos y condiciones de servicio. Al aceptar los términos con esa cláusula, los usuarios del servicio de wifi gratuito se comprometían a destinar mil horas de trabajos comunitarios entre los que estaban:
- Limpiar excrementos de animales en parques locales
- Abrazar a perros y gatos callejeros
- Desatascar manualmente tuberías
- Limpiar letrinas portátiles en conciertos y festivales
- Pintar cáscaras de caracoles para alegrar su existencia
- Limpiar chicles pegados de las aceras
Increíblemente 22 mil clientes firmaron el contrato. Sin embargo, para tranquilizar a las personas, Purple señaló que se trata de una iniciativa para crear consciencia y no obligará el cumplimiento de la cláusula. De todas formas, fue un excelente llamado de atención para todos, buscando evitar que nos pasen "gato por liebre" al momento de firmar un contrato.