Andrea no es psicóloga ni especialista en terapia de parejas. Pero sin proponérselo ha tenido que colocarse el traje de “doctora corazón” para intentar ayudar a las cientos de mujeres que le escriben cada semana contándoles sus historias más íntimas y problemas amorosos.
Todo partió en noviembre de 2016, cuando con un grupo de amigas decidieron crear la página de Facebook “Weona, cuéntamelo todo”. La idea original era simplemente narrar lo que a ellas les pasaba en el plano amoroso y compartirlas en Internet, pero nunca imaginaron el impacto que iba a generar.
“La idea era escribir una historia de amor de cada una, la que más nos marcara e identificara. Tiramos una y ese mismo día en la noche ya teníamos 1.000 “me gusta” en Facebook y con una sola publicación”, dice Andrea.
No pasó mucho tiempo para que una usuaria les escribiera y les pidiera publicar su historia. “‘Hueona, necesito contar lo que me está pasando, por favor’ Y nos mandó una historia muy brígida. Esa fue la primera historia que subimos”, dice Andrea.
Por temas de tiempo, dejaron de prestarle atención a la página hasta que un día, Andrea abrió el Facebook y vio que las visitas se habían disparado por los cielos y que la gente estaba comentando y compartiendo las historias durante todo ese tiempo.
“Dije ‘¿qué?, ¿en qué momento?’ Dos días después subió a 12.000. La gente estaba compartiendo la página, estaban todas comentando, con las pocas cosas que teníamos”, dice Andrea aún sorprendida por el recibimiento que tuvo el sitio.
Un espacio para encontrar apoyo
De la noche a la mañana, la página pasó de ser un lugar en donde contar problemas de pareja a una verdadera comunidad de apoyo entre mujeres que estaban sufriendo y que buscaban una palabra de apoyo o simplemente poder sacar lo que tenían adentro.
Al leer la página de Facebook, uno se puede encontrar con historias que van desde una noche de amor desenfrenado hasta confesiones de infidelidad, desamor o violencia intrafamiliar. Historias que funcionan como detonante para que se generen conversaciones tremendamente íntimas, honestas y hasta dolorosas. La radiografía de una realidad que muchas veces está oculta por ser precisamente demasiado íntima y violenta.
Una vez le escribió una chica que tenía cerca de 20 años y que estaba viviendo con una pareja 10 años mayor que ella y no se atrevía a dejarlo porque la pareja le pagaba todo. “Vivía como una princesa pero el chico le sacaba la cresta. Le pegaba, la trataba súper mal, la engañaba. La trataba como una basura, pero ella no sabía cómo salir porque no quería dejar de lado su vida de princesa”, dice Andrea, quien aclara que lo primero siempre es proteger la identidad de la chica que escribe. Nunca ha revelado un nombre y nunca lo va a hacer. Además, agrega que depende de ellas si la historia se publica o se elimina.
“La página es como esa amiga que está ahí para escucharte, para leerte, para darte un consejo y a la que le puedes contar todo lo que tú quieras y que jamás te va a juzgar”, agrega.
Una de las historias que más marcó a Andrea fue la de una chica de 23 años que abandonó a su hijo por irse con un hombre.
“Se lo dejó a su mamá y se fue con él y el loco no la pescaba. La trataba súper mal, la gorreaba. Había violencia y la loca se enganchaba y se enganchaba…yo le decía ‘por favor haz algo por tu vida, trata de recuperar a tu hijo’”.
“Ella nunca ha estado presente para su hijo. Decía ‘considero que soy una mierda, no soy profesional, no hago nada por mi vida, solo estoy preocupada por él’. Es una mujer que se dejó de lado por un hombre. No trabaja, no estudia, no se preocupa por su hijo, no tiene nada. No tiene amigos, no tiene amigas, está sola. No tenía cómo ayudarla”, dice Andrea que reconoce que muchas veces siente impotencia por no saber cómo ayudar a las mujeres que está sufriendo.
Necesidad de sacar todo para afuera
Andrea se impresiona por la cantidad de mujeres que tienen la necesidad de contar lo que les pasa. Muchas mujeres casadas que engañan a sus maridos, que el marido las engaña, chicas que están con hombres celosos, posesivos y que dejan de lado a su familia y amigos por un amor que saben que les está haciendo daño.
“Hay niñas que han tenido su guagua a los 17 años. Me escriben ‘nació la guagua y tengo a este otro que no me quiere’. Entonces muchas buscan a alguien que las escuche porque no tienen a nadie. Están encerradas en la casa.”, dice.
Tanto ha crecido el sitio que hay días en que Andrea le dedica hasta cuatro horas en leer y responder mensajes. Le mandan audios llorando, mujeres que saben que sus hombres no las quieren pero no los pueden dejar porque lo aman.
“Me he dado cuenta que todas las problemáticas de las chicas es por falta de amor propio. Al final uno se da cuenta que si uno se quiere a sí mismo no dejas que nadie te haga daño”, dice Andrea que reconoce que al igual como las mujeres que le escriben, ella también lo he pasado mal en el amor.