Ya todos sabemos que el agua es de suma importancia en nuestro diario vivir, ya que mantener una buena hidratación es clave para lograr mantener un buen estado de salud y así evitar una serie de enfermedades que se generan a partir de la escasez de este elemento, incluso incluyendo la muerte.
Pero a diferencia de otros productos que encontramos en el mercado, el agua no tiene fecha de caducidad, motivo por el que podemos mantener botellas con este líquido por años.
A pesar de que esta no vence como compuesto químico, el agua permite que microorganismos comiencen a proliferar en su interior con el paso del tiempo, esto si lo dejamos a la intemperie. Además, elementos como el polvo en el aire sea absorbido por el líquido, provocando que esta cambie su sabor, pero aún así continúa siendo potable.
Si no te habías fijado, en algún sector de las populares botellas de plásticos llenas de agua mineral, encontrarás una fecha que indica el vencimiento del vital elemento. Pero si el agua no caduca, ¿por qué los productores adhieren este plazo fatal?
Si bien el agua distribuida en este tipo de envase está protegida de los microorganismos y suciedad amenazante que ronda por el exterior, el material del que están hechas las botellas (tereftalato de polietileno) presenta porosidades a nivel microscópico, lo que permitiría la entrada de malos olores con el pasar de los años. A pesar de esto el contenido continúa siendo potable y apto para sacarte de un apuro, pero no esperes que esta mantenga su presentación cristalina que tenía desde un principio.
Según consigna el portal Gizmodo, una de las principales razones por las que se decidió incluir una fecha de vencimiento fue a partir de la promulgación de una ley en Nueva Jersey en el año 1987, en la que se obligaba a los productores de todo tipo de alimento a incluir el periodo en que este se mantendrá en un estado óptimo para ser consumido.