Un desvergonzado hombre de 38 años, sin domicilio fijo y de origen alemán, no cesa en su afán de alimentarse con los refinados platos toscanos.
Al momento de recibir la cuenta, el sujeto en "situación de calle" no se incomoda en señalar que no tiene dinero, y responde: "Pagan los italianos, yo soy alemán", según informa el portal El Deber.
El hombre aprovecha su buen aspecto y logra comunicarse al menos en tres idiomas.
En el emblemático local de Florencia, Caffe Giacosa, solo se dignó a dejar una nota que decía: "La Iglesia católica pagó". El mismo método utilizó tras beber unos whiskies en el Bar Palazzo Vecchio y comer un bife acompañado con un Chianti en otro prestigioso restaurante de la región.
La policía le dio captura y le advirtió en reiteradas oportunidades, no obstante, el tipo parece no aprender. El delito que comete no es suficiente para encerrarlo y una eventual causa judicial parece incierta.
En 2016 la Corte Suprema del país anuló la condena a prisión de un indigente que había robado queso y fiambres por un valor de 4,07 euros. El tribunal consideró que el robo de pequeñas cantidades de alimentos para luchar contra el hambre, no constituía un delito.