El gobierno chino está tomando severas medidas en contra de todo lo que pueda representar un atisbo de disidencia contra el régimen, siendo una de las más comentadas la polémica detención de Ai Weiwei, el irreverente artista que ha denunciado en múltiples ocasiones los abusos contra los Derechos Humanos y que ha condenado constantemente la política antidemocrática del estado.
Siguiendo en esta tónica, la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión ha presentado en los últimos días una serie de medidas que rayan en el absurdo. Las directrices fueron presentadas a finales de marzo y buscan desalentar explícitamente las realizaciones audiovisuales que contengan tramas de "fantasía, viajes en el tiempo, compilaciones al azar de historias místicas, tramas bizarras, técnicas absurdas e incluso la propaganda de supersticiones feudales, fatalismo y reencarnación, lecciones moralmente ambiguas, y falta de pensamiento positivo".
Bastante limitado ya era el catálogo de contenidos disponible en China, a partir de estas medidas podría descender aún más bruscamente, considerando que anualmente solo 34 películas extranjeras pueden ser exhibidas en las salas de cine de ese país. La razón por la que se amplía esta medida es porque los dramas de televisión no deben tener personajes que viajen hacia atrás en el tiempo y reescriban la historia. Dice que esto "va en contra del patrimonio chino".
De todas formas, a partir de esta medida, sería interesante ver como grandes clásicos del cine y la televisión, como Volver al Futuro o Doctor Who pasan a ser reescritos para adaptarse a esta nueva legislación.