Normalmente cuando pasas unas noches en algún hotel de cualquier parte del mundo, a modo de recepción la empresa te entrega pastillas de jabón. Estas se presentan en diversos tamaños y con diferentes calidades, lo que sí es cierto es que estos utensilio de aseo te podrán sacar de un apuro en más de una oportunidad.
Lo seguro es que esta barra de jabón no la utilizarás por completo durante tu estadía en el hotel, quedando estas piezas de limpieza abandonadas en algún rincón de la bañera.
Pero, te haz preguntado ¿qué pasa con estos restos? Esta consulta se la hizo Shawn Seipler, quien al ver que quedaba jabón en los baños de un hotel en Minneapolis el año 2008, preguntó cuál era el destino entregado a estos residuos. La respuesta fue categórica por parte del personal, quienes aseguraron que estas iban directamente a la basura por temas higiénicos.
Ante esta insólita respuesta, Shawn comenzó una ardua investigación sobre la manera de higienizar, limpiar y reutilizar estas barras de jabón que eran despreciadas por los grandes hoteles, llegando a una gran idea. Este hombre decidió emprender en el año 2009 con la formación de una fundación de nombre "Clean the World", la que busca reciclar estos elementos.
Pero las intenciones de Seipler fueron más allá, ya que comenzó a buscar la manera de ser un aporte a la población más vulnerables en materia de aseo personal, lo que es un factor primordial para la proliferación de diversas enfermedades.
Y es que luego del proceso de reciclaje de estos jabones, estos son repartidos en localidades de diferentes partes del mundo con la finalidad de entregar una nueva opción de higiene para quienes carecen de recursos para lograr mantener sus cuerpos óptimos y limpios.
Según consignó el portal Infobae, solamente en el año 2016 la fundación logró rehacer para un nuevo uso al menos siete millones de pastillas de jabón de tamaño mediano. Además de esto fueron repartidos en diferentes países del mundo la suma de 400 mil kits de higiene.
"Una de cada cuatro muertes de los 16.000 menores de cinco años que mueren en el mundo cada año, lo hacen a consecuencia de enfermedades como la diarrea o la neumonía que se transmiten fácilmente si la higiene no es adecuada. Eso significa que cada 15 segundos muere un niño en el mundo por no tener los productos necesarios para el aseo diario… aún nos queda mucho trabajo por hacer", manifestó Shawn Seipler, líder de este proyecto.