La llegada de un niño normalmente es uno de los momentos más planificados del que queremos tener el control absoluto, pero lamentablemente hay casos en los que el nacimiento del bebé llega de manera inesperada y la situación se puede escapar completamente de nuestras manos.
Ante la inminente posibilidad de que la mujer de a luz en cualquier momento, siempre esperamos de que esto pase en un lugar adecuado para poder llevar a cabo este bello momento, pero lamentablemente esto no siempre es posible.
Uno de los lugares más inusuales para parir un hijo es en el interior de un avión, lo que podría provocar serias dudas, no solo por las condiciones higiénicas o sanitarias para realizar un parto, sino que también por la nacionalidad que el hijo pueda tener.
Según consigna el portal Gizmodo esta incógnita podría solucionarse a partir de los principios de ius sanguinis e ius soli. El primero hace referencia al "derecho de sangre" del bebé, lo que le permitiría adoptar de forma inmediata la nacionalidad de los padres, por otra parte el segundo apunta hacia el "derecho de suelo", lo que permitiría que el niño sea ciudadano del lugar en el que nació.embara
Pero este principio nos siempre es válido, ya que la mayor parte del planeta está cubierto por los océanos, los que no pertenecen al territorio de ningún país. Ante esta situación algunos países estipulan que el bebé nacido en pleno espacio aéreo podría optar a la nacionalidad del país en el que está inscrito el avión.
Según consigna el portal Geo Lounge serían cuatro las opciones de nacionalidad a las que podría optar el recién nacido:
- El bebé recibe solamente la nacionalidad de los padres.
- El bebé tendrá la nacionalidad de sus padres y el punto de salida del avión.
- El bebé recibirá la nacionalidad y el punto de llegada del avión.
- El bebé recibirá la nacionalidad de los padres y la del país en el que se ha registrado el avión.