En el Valle Central de California existe un grupo de mujeres conocidas como "Las monjas de la marihuana" o "Las hermanas del valle", que cultivan, cosechan y fuman cannabis, la que según ellas, pueden sanar al mundo.
Aunque hicieron votos, visten hábitos y bendicen las plantas, dejan en claro que no pertenecen a ninguna orden católica de forma oficial. "No me importa que me llamen monja de mentira. La religión ha hecho mucho daño a las personas", dice la hermana Kate, de 55 años a la BBC.
Todo lo inició Christine Meeusen, conocida como la "hermana Kate", quien vivió 10 años en Holanda para luego trasladase en 2008 a California. Allí comenzó a participar en las protestas del Occupy, el movimiento que acusaba a las grandes empresas de evadir impuestos y ser la responsable de la crisis financiera iniciada en 2008.
Fue ahí donde comenzó a utilizar vestimenta de monja en las protestas y no faltó mucho tiempo para que la empezaran a llamar "Sister Occupy". Reconoce que fue una forma de llamar la atención, algo que funcionó.
En esa época comenzó a cultivar marihuana en una cooperativa, la cual cerró en 2013. Esa experiencia le sirvió para aprender sobre los efectos curativos que tenía la cannabis.
Hoy trabaja junto a la "hermana Darcy" y otros trabajadores temporales. En la comunidad practican la castidad y el vegetarianismo y su principal objetivo es poder aliviar el dolor a través de los productos que elaboran. Entre ellos hay aceites, jabones y pomadas.
"Comencé con una línea de productos con los que hice una prueba de mercado. Los mandaba a peluquerías, donde los empleados suelen tener muchas molestias en las manos", dice la hermana Kate y agrega que ahora envían sus productos por correo a todos los rincones del mundo a través de su sitio web.