El español es una lengua compleja. De eso no hay duda. Es cosa de preguntarle a los extranjeros cómo es de complicado para ellos aprender el idioma. Seguramente todos ellos no querrán leer esta nota, ya que lo más probable los confundirá más todavía.
Sinónimos son palabras que significan lo mismo. Los antónimos son palabras que significan lo opuesto. Eso todos lo saben. Pero ¿sabes de la existencia de los autoantónimos? Palabras que significan una cosa y al mismo tiempo lo contrario.
Aunque parezca difícil de creer es así. Son un tipo de polisemia (situaciones en las que un conjunto de letras o de sonidos tiene varios significados) en el que una palabra tiene dos sentidos opuestos.
Un ejemplo de autoantónimo es la palabra alquilar. Significa dar algo en uso a cambio de un precio durante un tiempo determinado como tomar algo para usarlo a cambio de un pago. Si yo alquilo, ¿estoy pagando o cobrando?
Otro es "Dar clase", que significa "impartir una lección, pronunciar una conferencia o charla", como "recibir una clase", según señala la RAE.
En absoluto: puede usarse para decir "de manera general, resuelta y terminante". Y "no, de ningún modo".
Limosnero o Limonsnera: puede ser tanto quien da limosnas como quien las pide.
Solo unos cuantos ejemplos, que muestran que un idioma es un universo que es difícil comprenderlo por completo.
