El año pasado, Ed Sheeran conoció a la pequeña Melody Driscoll en el hospital en donde trata los problemas que le conlleva padecer del Síndrome de Rett. En aquel encuentro, el inglés la invitó al show que haría meses después en su ciudad.
Lamentablemente, la niña no podía asistir al concierto debido a los riesgos de contraer alguna infección que empeorara su estado, pero Sheeran tuvo una solución: Invitarla a una sesión privada durante la prueba de sonido.
Allí, la pequeña pudo elegir sus cuatro canciones favoritas para que Sheeran se las interpretara: "Tenerife Sea", "Dive", "One" y "How Would You Feel".
Y no solo escuchó las canciones, sino que también tuvieron tiempo de conversar y de que le autografiara algunas cosas.
Según la madre de Melody, Katrina Driscoll, al músico "literalmente le debo la vida. Él no sabe todo lo que ha hecho por ella. Han existido muchas oportunidades en las que ella ha dejado de pelear cuando ha estado muy enferma y nosotros pensábamos que la íbamos a perder".
"Ponemos a Ed Sheeran y ella comienza a pelear de nuevo. Eso muestra que los sueños se pueden volver realidad y que los milagros ocurren. Solo tienes que pelear por alcanzarlos y ella realmente quiere lograrlo", concluyó.