Desde que somos pequeños, nuestros padres y maestros nos han inculcado que comerse los mocos no sólo es de mala educación, sino que también es un hábito bastante asqueroso.
Sin embargo, esto podría ser cosa del pasado, luego de que un estudio publicado por el National Center for Bioctechnology Information de Canadá revelara que este hábito tiene una serie de beneficios para la salud y también para la dentadura.
Y es que las secreciones nacionales contienen mucinas salivales, las que forman una barrera contra las bacterias que pueden causar caries. Además, son una eficaz defensa contra las infecciones respiratorias y las úlceras estomacales.
Como si esto fuese poco, hurgarse la nariz también causa que las personas sean más felices. De acuerdo al especialista en neumología, Friedrich Bischinger, las personas que hacen esto tienen una mejor sintonía con su cuerpo.
"Ingerir los restos de mucosidad seca es una forma ideal de reforzar el sistema inmunitario. Desde el punto de vista médico, es recomendable y es una actividad completamente natural. Para el sistema inmunitario, la nariz es un filtro en el que se acumula una gran cantidad de bacterias y cuando esta mezcla llega a los intestino, funciona igual que una medicina", explicó el especialista.
Por lo mismo, los investigadores del National Center for Bioctechnology Information de Canadá están buscando la forma de crear mocos sintéticos, para que puedan consumirse en forma de chicle o de dentífrico.
Lo que presenta este reciente estudio vendría derrumbar lo presentado hace algún tiempo por el otorrinolaringólogo estadounidense Eirch Voigt, quien anunció que existen varios motivos por los cuales las personas no deberían hurgarse la nariz.
Esta parte de nuestro cuerpo es la entrada de gérmenes que al ser removidos pueden causar abrasiones y sangrado, lo que fomenta la aparición de nuevos gérmenes, costras e irritaciones; consigna The Huffington Post.
Sin embargo, Voigt no habla sobre el daño o beneficio al sistema inmune y a los dientes, por lo que la teoría canadiense podría ser de gran ayuda, siempre y cuando seas capaz de aguantar el asco de comerte tu propia mucosidad.