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Father John Misty: "Es importante hacer una distinción entre el arte y el entretenimiento"

Nico Castro |

CHICAGO, IL - JULY 31: Father John Misty perform during 2015 Lollapalooza Day One at Grant Park on July 31, 2015 in Chicago, Illinois. (Photo by Barry Brecheisen/WireImage)

2017 está siendo el año de consagración definitiva para Father John Misty. El proyecto de folk, que en corto podría describirse como una versión moderna del Elton John setentero, es en realidad un personaje creado casi por epifanía por el estadounidense Josh Tillman después de dejar una carrera en la que sacaba música sin mayor brillo usando su nombre real, o antes incluso cuando viajaba tocando como parte de la banda Fleet Foxes o de apoyo de Damien Jurado, su primer mentor.

Y te guste o no, esa epifanía dio pie a un artista demasiado singular como para morir al servicio de otras bandas. O incluso para haberse perdido en la vida de un pastor evangélico o músico religioso, que fueron algunas de sus vocaciones cuando más joven, al haber sido criado en un ambiente sumamente creyente.

Hoy no sólo hace noticia por su tercer disco como Father John Misty, Pure Comedy, que marcó su primer top 10 en el Billboard. También lo hace por agotar todos los lugares donde toca, por ser parte de todos los festivales importantes del mundo y por ser una máquina de generar prensa por su lengua desfachatada y un sentido del humor muy ajeno al a veces (casi siempre) correcto (o aburrido) mundo del folk.

Así, cada entrevista que da regala joyas, como decir que algunas de sus canciones fueron inspiradas por tomar ácido en un concierto de Taylor Swift. O cada artimaña le resulta para copar los sitios de música, como cuando compartió tres canciones que imitaban el "pop genérico de nuestros tiempos", y que guardaban grandes similitudes con gente como Imagine Dragons o Ed Sheeran.

Así que aprovechamos nuestra oportunidad y conversamos con él por teléfono. 15 minutos y una mala señal puede ser frustrante, pero lo intentamos y terminamos discutiendo sobre religión, las diferencias entre arte y entretenimiento y cómo lidiar con la fama. Y, obvio, si planea venir pronto a Sudamérica.

Rock&Pop: Hola, Josh. Me gustaría saber varias cosas sobre tu último disco, pero como nunca te hemos entrevistado por acá hay algunas cosas de tu historia que me gustaría preguntarte antes.
Joshua Tillman: Claro, ningún problema.

R&P: Quería saber cómo había influido la crianza tan religiosa que tuviste para el desarrollo de tu carrera.
JT: ¿Quieres saber de mi infancia?

R&P: Claro, si es que influyó en lo que escuchamos hoy de alguna forma.
JT: Mira, ¿por qué no hacemos esto al revés, mejor? Es una pregunta difícil para mí de contestar, porque no tengo algo preparado para eso. Quizás podemos empezar con las preguntas del disco primero y después vemos si podemos hablar lo otro. ¿Te hace sentido?

R&P: Sí, por supuesto. Si comparas los...
JT: ¡Espera, espera! Déjame tratar de responderlo mejor. Con este disco... Al empezar a escribirlo, me empecé a dar cuenta de ciertos temas que empezaron a aparecer. Como por ejemplo cuando Dios decía que su reino no estaría nunca en la tierra. Y esto no le hacía mucho sentido a la gente, que estaba obsesionada en que cuando el Salvador apareciera, arreglaría todo aquí en la tierra. Entonces se la pasaba constantemente decepcionándolos al decirles que aquí nunca sería un lugar justo. Que siempre sería un desorden. Y en el último par de años me he dado cuenta de que el tipo de respuestas que buscamos a esas injusticias son más bien infantiles, para nada sofisticadas.

Eso empezó a aparecer en el disco y no estoy seguro de si es por mi crianza religiosa que pienso así o si existe algún tipo de paralelo entre religión y pensamiento trascendental... o metamodernismo, o ironía, ¿sabes? Entonces me enfoqué en hacer un trabajo que se pareciera más a ese pensamiento de que hay que vivir en este mundo y no mirarlo desde arriba.

R&P: Entiendo. Y tu disco anterior, I Love You, Honeybear, hablaba sobre cosas personales, sobre estar enamorado. ¿Qué te hizo dar ese giro hacia hablar del resto y de cosas como la fama o el entretenimiento? ¿Buscaste hacer un diagnóstico del mundo en el que vivimos?
JT: La verdad es que es una decisión bastante arbitraria. Por ejemplo, la última canción que escribí para Honeybear fue "Holy Shit" y la primera para éste fue "Pure Comedy". Y siento que esas dos canciones están muy interconectadas, en el sentido de que lidian con los mismos problemas.

"Pure Comedy" también es una canción sobre amor. Sobre qué pasa cuando se te olvida que el amor es acerca de supervivencia, y que cuando intentamos vivir aislados empezamos a desarrollar ideologías muy extrañas sobre cómo darle sentido al mundo.

La única forma de darle sentido es cuidarnos entre nosotros sea como sea. Cuando ignoramos esto, empezamos a creer cosas como que la forma de sobrevivir en el mundo es la política, o la religión, o el éxito... ¿Y qué es la religión si no es cuidarnos los unos a los otros? ¿O de qué sirve el éxito si otra gente es miserable? ¿Cuánto vale la política si nadie está siendo protegido? Es obsceno. Es grotesco.

R&P: En algunas partes del disco lo analizas a través del entretenimiento, que es el área en la que te mueves tú. Y que, con cada disco, te tiene más inserto en el mundo de las giras y teatros llenos. Aunque no te guste la palabra, ciertamente eres más famoso hoy que un disco atrás. ¿Cómo es tu propia relación con la fama y el éxito?
JT: Bueno, sí. Seguro. Al final creo que yo no soy un animador.

Entretener es muy diferente a ser un artista. Los primeros hacen lo que hacen para ser famosos; los segundos, lo hacen a pesar de que se vuelvan cada vez más famosos. Simplemente tienes que ignorarlo. Hay que dedicarse a trabajar y, de nuevo, se trata de ser parte del mundo y no mirarlo desde arriba. El día que lleguen mis amigos y me digan que me estoy convirtiendo en un imbécil, hasta ahí llego.

R&P: Algo que me parece que entiendes muy bien en todo esto es que a veces no sólo basta con tener buenas canciones. Se ve que aprovechas muy bien cada entrevista o haces cosas como lanzar estas "tres canciones genéricas de pop", en un mundo en el que los músicos y artistas se toman tan en serio, pero tú no. De hecho, eres parte del mundo del folk que suele ser un poco tedioso, pero te gusta usar el humor y hace reír. ¿Es una especie de método de defensa para sobrevivir a la fama?
JT: Más que eso, es una expresión de quién soy. No lo hago para ser polémico o para entablar conflictos. Cuando hago bromas, estoy siendo yo mismo. Y creo que la única forma de sobrevivir en todo esto es ser tú mismo. En el momento en el que empiezas a caer en el exceso de seriedad, te empiezas a parecer a una celebridad. Y ese ejercicio de canciones genéricas, pueden ser buenas canciones también.

No es lo que suelo hacer, pero las hice sinceramente. Y también hay algo divertido acerca de ellas. Creo que cualquiera que quiera sobrevivir en el mundo debe ser capaz de tener dos ideas distintas en la cabeza, porque el mundo está lleno de contradicciones. Y mientras más cómodo te sientas con las contradicciones, más fácil te será navegar en este mundo.

R&P: Cierto. ¿Has estado cerca alguna vez de tocar en Sudamérica? 
JT: La verdad es que tengo miedo de que si alguna vez voy para allá, no me voy a querer ir nunca. Lo estoy planeando. Y si me vuelves a preguntar sobre el éxito, tengo que decirte que por supuesto que tiene muchos aspectos positivos. Uno es que no tengo que partirme el culo trabajando en Estados Unidos todo el tiempo y que puedo darme el lujo de ir a otros países. Eso es maravilloso, y quiero aprovecharme de eso para poder ir a Sudamérica pronto.

R&P: Ojalá. Josh, ya se nos acaba el tiempo, así que quiero hacerte una última pregunta: ¿te parece que éste es un mal momento en la historia de la humanidad pero que puede ser una buena fuente de inspiración para expresarse a través del arte?
JT: Bueno, sí. Creo que el arte es muy importante. Y si quieres generar cambios reales en el mundo, debes hacer que mucha gente esté en la misma frecuencia al mismo tiempo. En una positiva. Mira por ejemplo la publicidad, que tiene la capacidad de hacer que millones de personas quieran lo mismo al mismo tiempo, ¿sabes? Por eso creo que es importante hacer la distinción entre hacer arte y hacer entretenimiento.

El arte hace que la gente le dé valor a su vida, mientras que el entretenimiento hace que la gente piense que la vida es difícil y que debe ser ignorada. Por eso considero que el arte es importante y está viviendo un momento crucial.

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