Tiene poco más de mil habitantes. Está ubicado en la comarca de la Vera, ubicado en el sureste de España. Es conocido por ser su patrimonio y su entorno natural, además de las bromas a raíz de su nombre.
El pasado 15 de abril, Rubén López, un ingeniero de telecomunicaciones que vive en Madrid, compartió fotos de los variados lugares que visitó, siendo una en un particular la que llamó la atención de todos.
“40 años borrando la P. 40 años los graciosos reescribiéndola”, escribió el hombre junto a la imagen, aludiendo al troleo que durante cuatro décadas ha sufrido el pueblo Garganta La Olla.
Mientras el resto de sus instantáneas no tuvieron mucho impacto, la broma del cartel ha sido compartida por más de 3 mil personas y otras 5 mil indicaron que les gusta.
40 años borrando la P. 40 años los graciosos reescribiéndola pic.twitter.com/pkkZylMrl4
— Rubén López (@rubenlodi) 15 de abril de 2017
“Desde que tengo uso de razón recuerdo verlo así, con la ‘P’ escrita en negro. Y mi padre, que es de aquí, también”, confesó a El Español el hombre de 37 años, quien es oriundo de la localidad y cada año se dedica a visitarlo.
Desde el ayuntamiento de “Garganta La Olla”, corroboran la historia de Rubén. “En cuanto se pone un letrero nuevo o se corrige, llega el gracioso de turno a pintarla”, declaró José Luis López, uno de los administrativos.
Aunque la broma recurre a menudo y molesta a muchos vecinos, no ha llegado al punto que la localidad piense que debería cambiarse el nombre. “Digamos que no es agradable pero, más allá de la anécdota tampoco es algo que interfiera en el día a día del pueblo. No es bonito que el nombre del pueblo se asocie a eso, pero nada más”, apuntó el trabajador municipal.
Rubén, por su parte, espera que la repercusión de su foto sí sirva, especialmente para que dejen de pintar el cartel. “Es que me parece una acción de niños pequeños, es totalmente infantil y el pueblo merece mucho la pena por su arquitectura, que recoge la tradición de la zona”, confesó.
Cabe mencionar que Garganta la Olla no siempre tuvo ese nombre, pues en la Edad Media era conocido como Ad Fauces, a raíz de su ubicación entre dos gargantas.