En pocas semanas más La Bella y la Bestia llegará a los cines. Pero no será una versión renovada de la original, sino que una completamente nueva y hecha con actores reales.
En medio de las entrevistas de rigor a la que se deben someter los actores y miembros del equipo de realización, ha llamado la atención una dada por el director de la cinta, quien aseguró que la historia es una metáfora sobre el Sida.
Fue el propio Bill Condon quien dio esta información, basándose en la historia del autor Howard Ashman -que también creó Aladín y La Sirenita- y su posterior muerte a causa de este mal.
"Para él, la película era una metáfora específica sobre el Sida. Él había sido maldecido con esa enfermedad y esa maldición le había traído mucho dolor a él y a toda la gente que le amaba, que esperaba que de alguna manera hubiera un milagro que aliviara ese dolor. Él hizo un trabajo muy concreto en esta película", aseguró.
Esto fue secundado por los protagonistas, Watson y Dan Stevens, quienes comentaron que "toda la película es una persecusión", por lo que también podría ser una referencia a la comunidad LGBTI.