El corazón de Jorge González debe haber latido bien fuerte cuando recibía el aplauso del público luego de cada canción. Sobre todo al final, con “El baile de los que sobran” y todo el Estadio Nacional coreando con un nudo en la garganta. Porque lo que no fue para nada emocionante, y hasta innecesario, fue la entrega de la Orden al Mérito Pablo Neruda, de parte del Ministro de Cultura, y menos la entrega del premio Icono del Rock Chileno a Álvaro Hnríquez. En fin…
La Cumbre del Rock Chileno en su versión 2017 quedará en el recuerdo, aparte de por González, claro, como el día en que Mon Laferte borró de un plumazo los esfuerzos de un puñado de cantantes de reality show, para demostrar que otro es el camino para subirte a un escenario. Una especie de REVELACIÓN DIVINA.
No fue todo. Tanto el nivel internacional del show de Francisca Valenzuela, como los argumentos sonoros de Camila Moreno, no dejan de sorprender. La constatación de la solidez de Weichafe; el oficio y la buena forma de Joe Vasconcellos; la sobriedad de Manuel García –que, hay que decir, salió con un público muuuy cansado-; y el sentido del espectáculo de Chancho en Piedra. Y más temprano, los primeros y segundos pasos de We Are The Grand, Planeta No y varios más que son el futuro cercano del sonido chileno popular.