A estas alturas "Mi pobre angelito" es una película de culto. Aunque su estreno fue en 1990 sigue siendo una de las cintas imperdibles de la Navidad, y a pesar que nos sabemos de memoria cada una de las travesuras del inquieto Kevin McCallister, no nos podemos despegar de la pantalla cada vez que la pasan por la TV
Y son precisamente las aventuras del personaje de Macaulay Culkin para librarse de los torpes ladrones Harry y Marv, interpretados por Joe Pesci y Daniel Stern, lo que hace que sea una de esos films que podríamos ver una y otra vez sin aburrirnos.
Quizá alguna vez también te has cuestionado cómo es que la pareja de ladrones soportan los golpes que reciben a partir de las trampas de Kevin. Porque la verdad es que en la realidad sería imposible que una persona pueda sobrevivir a tales traumas.
La página de Facebook Pictoline, publica que un ex ingeniero mecánico de la Nasa pensó lo mismo y analizó qué pasaría en realidad si alguien cayera en las trampas de Kevin, y el resultado en mucho menos alentador de lo que se ve en la pantalla, donde Harry y Marv sobreviven a golpes, quemaduras y caídas.
La cubeta en la cara
El diagnóstico sería una fractura de cráneo. Un golpe de este tipo, con la velocidad y el tamaño del objeto sería equiparable a la patada de un caballo, y lo más probable es que quien lo recibiera terminaría con el cráneo roto.
Golpe de barra en el pecho
El diagnóstico sería costillas rotas. Una garrotazo de esta naturaleza lo más probable es que dejaría al menos siete costillas fracturadas y con riesgo de perforar algún órgano.
Soplete en la cabeza
El diagnóstico serían quemaduras de gravedad. Solo un segundo al fuego de un aparato de estos provocaría quemaduras de segundo grado; a los tres segundos las quemaduras aumentarían a tercer grado y si la exposición fuera de once segundos, sería muerte por quemaduras.