La historia es bien extraña y comienza en la suite de un hotel en Beverly Hills.
Ahí, el actor y ganador del Oscar Russell Crowe organizó una "pequeña fiesta" donde él mismo fue el DJ y donde la controvertida rapera Azealia Banks asistió invitada por RZA de Wu-Tang Clan.
Todo bien hasta que Banks comenzó a burlarse de los gustos musicales del anfitrión y a calificar de “aburridos hombres blancos” a los invitados, que comenzaron a incomodarse con su presencia, según relatan medios de chismes como TMZ.
Varios trataron de calmar a la impetuosa y jugosa artista, hasta que una amiga del actor de Gladiador la increpó, recibiendo una amenazante respuesta: "¿Te gustaría que rompiese mi vaso, les apuñalara la garganta y la sangre saliera a a chorros por todas partes como en una mierda de Tarantino?".
Ahí todo se descontroló. Azealia tomó su vaso, lo quebró y justo llegó Crowe a detener lo que podría haber sido una tragedia. La sacó de la fiesta con seguridad del hotel y la rapera apenas pudo esperar para contar todo desde su versión. ¿Cuál? que el neozelandés la ahorcó, le escupió y utilizó insultos raciales, exigiendo una disculpa pública a través de una denuncia presentada en el Departamento de Policía de Beverly Hills.
El tema es que a pesar que sume buena onda de sus fans, muchos de los presentes en la fiesta dicen que fue todo lo contrario y fue ella la que gritaba todo tipo de disparates y que actuó de manera "errática".
¿Quién tendrá la razón? Por lo menos el historial de polémicas de Banks no la respalda: ha tratado de muy mala manera a la comunidad LGBTI, episodios de violencia (como morder a un guardia en un hotel), y frecuentes bajadas del escenario antes de que termine sus shows.