Hay veces en que uno mira los deportes -por la tele- y se empieza a preguntar cosas como "qué pasaría si..." Y eso lo puedes completar de muchas formas: "te cae una jabalina encima", "te llega una bala encima", "te golpea un stick de hockey" o lo típico, "te llega un pelotazo".
Resulta que esta semana se está jugando el Masters 100o en Shangai, y en medio del partido entre el búlgaro Grigor Dimitrov y el canadiense Vasek Pospisil, quedó un damnificado: un ball boy. Un pequeño que recibió directo en su pecho un violento servicio cuya velocidad se estima en 200 km/hr.
Con eso, cualquiera termina llorando, PERO ESTE JOVEN, NO. Obviamente detuvieron un rato el juego, y Dimitrov fue a verlo... Le regaló como consuelo sus muñequeras. Creemos que debió llegar con hielo, pero bueno.