Este domingo, Greenpeace Chile presentó los resultados del estudio que realizó entre mayo y agosto de este año tras la emergencia gatillada por la marea roja en Chiloé, que establece que el vertimiento de salmones podridos en las costas de la isla actuó como "fertilizante potenciador" del fenómeno, "aumentando su magnitud, intensidad y alcance".
Sin duda es una situación que tendrá consecuencias para rato, más ahora siendo este un informe que se contrapone a lo dado a conocer por el Gobierno, a quienes por cierto acusan de tomar una medida apresurada, desconociendo la regulación nacional y violando compromisos internacionales sobre la materia: "Hubo una decisión deliberada de sacrificar la zona", es parte de lo que dijo Estefanía González, coordinadora nacional de Greenpeace Chile en #JunglaRP.