¿A quién no le pasó en su época escolar que el pelo, la barba o los colores eran las excusas para terminar en la inspectoría? Bueno, eso se acabó a partir de hoy.
Porque con la nueva ley de inclusión en la educación, no habrá ni la más mínima excusa para discriminar arbitrariamente a los estudiantes a través de los temidos "reglamentos internos".
¿Cómo funciona? Si bien los establecimientos podrán fijar criterios para la presentación personal, "en ningún caso no cumplir con estas normas puede implicar medidas que discriminen arbitrariamente a los alumnos o sanciones que afecten su derecho a recibir educación", dice el jefe del departamento de Denuncias de la Superintendencia de Educación, Oscar Acevedo, a La Tercera. “No pueden establecer sanciones que les que restrinjan el acceso o su participación en las actividades escolares por no cumplir con alguna norma del reglamento interno, relacionada con la presentación personal o no contar con los útiles, el uniforme o un texto escolar”, agregó.
Así, ni siquiera el uniforme, útiles específicos o el formato de los libros de estudio serán obligatorios ni serán excusa para alguna suspensión que implique faltar a clases, pero sí podrían causar reprimendas de otro tipo, siempre y cuando no afecten el derecho a educarse.
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