Si tuviera algo de acción esta historia, sería una película más de Nicolas Cage. El actor estadounidense tenía en su poder un extraño cráneo de lo que fue un Tiranosaurio Bataar, que compró en una galería en Beverly Hills 2007 por US$276.000. De hecho, para ser más precisos, fue en una subasta donde llegó a vencer con su precio a Leonardo Di Caprio. El problema era que ocultaba un secretito.
En ese momento, don Nicolas recibió un certificado de autenticidad de la pieza arqueológica, y claro, cero desconfianza. Sin embargo, el año pasado habría sido contactado por el Departamento de Seguridad Interna de su país para decirle que “probablemente el objeto había sido robado”.
Finalmente los investigadores determinaron que el cráneo había sido sacado ilegalmente de Mongolia, así que el actor decidió regresarlo. Ni él ni la galería están acusados de haber cometido algún acto ilegal.
Desde 2012 que la oficina fiscal federal del Distrito Sur de Nueva York ha recuperado más de una docena de fósiles de Mongolia, incluyendo tres esqueletos completos del Tiranosaurio Bataar. Incluso, el año pasado cayó uno de los contrabandistas más prolijos en el área: Eric Prokopi. Eso sí, se está investigando si este caso tiene relación con él.
Al menos todo salió bien, ¿no?