Por Francisco Tapia Robles
Fotos de Rodrigo Ferrari, Estudio Estéreo.
Ante un público que la venia escuchando y esperando desde hacía algunos años, la estadounidense Sharon Van Etten llegó a Santiago a presentarse en la pequeña y acogedora Sala del Ángel de la calle Huérfanos, en pleno centro de la capital. Con cuatro discos, un ep recién salido y melodías que se pierden a ratos en capas de sicodelia melancólica íntima, Sharon se dio un tiempo para conversar con R&P y contarnos sobre este viaje que la trajo a disfrutar de los paisajes y vinos sudamericanos.
¿Es esta tu primera vez tocando en Sudamérica?
Así es, esta es nuestra primera vez en Sudamérica y hasta ahora ha sido increíble.
Es increíble a veces pensar cómo tu música te lleva a diferentes lugares, ¿Qué tal ha sido la recepción del público?
Creo que es el mejor público que hemos tenido. En la banda todos hemos estado muy prendidos por subirnos al escenario y compartir la experiencia con la gente, todo ha sido muy divertido.
¿Y qué expectativas tenías antes de venir?
De cierto modo es divertido ir a tocar a lugares donde nunca has estado antes, porque de esa manera no existe ningún tipo de expectativa, todo es muy nuevo y por eso no sabes que esperar. Lo poco que he escuchado ha sido gracias a amigos que han venido como turistas o como músicos y me ha contado que Sudamérica es maravilloso. No tengo nada para compararlo, pero ha excedido todo lo que me imagine.
¿Quiénes son tus músicos que viajan contigo?
Mi guitarrista es Doug Keith, mi tecladista y cantante es Heather Wood Broderick, el bajista es John Shaa, y el baterista es Otto Hauser.
Háblame de lo nuevo que estas mostrando por estos días, el EP “I Don´t Want To Let You Down” (Jagjaguwar, 2015)
Hemos estado practicando algunas de las nuevas canciones pero aún son muy nuevas para nosotros. Ha sido bueno refrescar un poco el setlist porque hemos venido haciendo por cerca de un año el disco anterior “All We There”. Es divertido tocar estas canciones que son nuevas y, mejor aún, estrenarlas aquí ya que llevan sólo una semana desde que las sacamos. Es fascinante.
¿Y cómo ha respondido el público?
Parece que al público le ha gustado, han respondido bien (risas).
En Santiago tocaste en un teatro pequeño, en un ambiente más íntimo, y en un par de semanas más estarás tocando en Glastonbury, uno de los festivales más grandes del mundo. ¿Cómo sientes que tus canciones funcionan mejor, en lugares pequeños o en escenarios grandes y abiertos?
Personalmente prefiero los shows en clubes. Soy una chica de clubes rockeros. Me hace sentir más cómoda y más en confianza con el público. De los festivales aún estoy aprendiendo. Ha sido algo interesante para explorar. Ahí sólo toco canciones más rápidas. Hay que saber mantener el ritmo de un festival porque, como tú sabes, la mayoría de mis canciones son lentas y se me hace difícil prender al público de esa manera.
Te veo bebiendo una copa de vino chileno, y escuche por ahí que tú eres una experta en vinos…
(Risas) Soy una fanática del vino, tuve una tienda de vinos una vez en New Jersey y luego trabaje en una tienda en New York. Me encanta el vino y este que estoy probando es un Carmenere chileno.
Algo debes saber del vino chileno, por supuesto…
Sí, me encanta el médoc, el carmenere. Ayer en Buenos Aires me tome mi primer pinot noir de la viña Catena Zapata, fue increíble, muy bueno. Yo conozco bien el malbec, pero el lado más suave del vino tinto nunca lo había visto antes.