Hicieron de un gran problema una oportunidad. La coincidencia de quedar varados en Hong Kong por la cancelación de último momento de la gira de Blur por Japón, les permitió encerrarse unos días en un estudio de grabación cerca del hotel donde hospedaban y comenzar a darle forma al disco número 8 de esta banda que le cambio el color a la música pop de manera drástica desde el inicio de los años 90s.
Y no podía ser en mejor momento. Por estos días las relaciones entre sus integrantes están saneadas y lo shows de su anterior gira que pasó por Chile ya los tenían arriba del tren fogueados lo suficiente como para atreverse a concretar lo que todo el mundo esperaba: un nuevo disco.
R&P tuvo la oportunidad de escuchar de manera anticipada “The Magic Whip”, y a continuación lo desmenuzamos track por track para que te hagas una idea:
1.LONESOME STREET
Un notable trabajo de guitarras acústicas (que se repite en todo el disco) nos sitúa en un terreno familiar de melodías muy al estilo Albarn. Los quiebres de esta canción de pronto nos llevan a “Parklife” o “Modern Life is Rubbish”. La magia está ahí latiendo. No había una mejor forma de comenzar
2.NEW WORLD TOWERS
Aquí nace la percepción que algunas canciones de este disco parecen temas que no clasificaron para “Everyday Robots”, el álbum solista de Damon Albarn (Warner, 2014). Con arreglos bastante minimalistas que incluyen guitarras con sonidos orientales y un teclado retro-futurista, pareciera que Damon hubiera agarrado el primer teclado Casio que encontró y construyó esta canción mirando un rascacielos en el distrito central de Hong Kong.
3.GO OUT
El primer single, el que nos hizo parar las antenas, el que nos decía que Blur no había perdido su esencia y que el público más joven, aquel que se devoro tarde el “Think Tank” o que prácticamente no alcanzo a presenciar el estreno de “Country House”, quedaría más que feliz porque esto era lo que esperaban.
Este primer esbozo nos sirvió para comenzar a entender que lo que se venía era un álbum conceptual: El arte del single, los neones, las letras chinas, el video. Las razones fueron rápidamente publicadas y en menos de un mes ya teníamos más o menos clara la película. El “Mr Whippy” es el camión de los helados en Reino Unido, y la imagen del single con ese barquillo de neón nos dejaba en claro de que acá no hablábamos de ningún latigazo mágico ni de referencia sadomasoquista alguna. Esto es el pop de Blur en su expresión más actual, la que todos conocíamos y que ahora, con todos acercándose a los 50 años, todavía pueden mantener en buen pie.
4.ICE CREAM MAN
Honestamente asocié visualmente el inicio de este tema a “Enter Sandman” de Metallica. Claro que no era el terror de ver a un monstruo entrando a tu casa lo que sentí, sino más bien felicidad porque era el camión de los helados que entraba al pasaje (“Here comes the ice cream man parked at the end of the road”).
La melodía infantil, la típica de los Mr Whippy, introduce al hombre de los helados con una guitarra acústica que Coxon trabajó junto al productor Stephen Street. Una canción rara pero vital. Con esta ya van dos canciones con directa referencia a los helados.
5.THOUGHT I WAS A SPACEMAN.
Una sobrecargada y larga introducción nos conduce a la canción más larga del álbum. De nuevo los arreglos de cuerda orientales nos ponen en el mapa y nos hacen imaginar a los 4 Blur trabajando de manera intensa ese par de semanas en Avon Studios de Hong Kong. También da la impresión que se aplicó esa fórmula popularizada por el antiguo productor de los Joy Division, Martin Hannett, quien pedía a los músicos que tocaran “fast but slow” (“rápido pero lento”). Un crescendo que una vez que despega, nos deja en claro el título de la canción. Hermosa. Y con Graham Coxon en el papel protagónico.
6.I BROADCAST
Entre esas palabras sueltas escritas al tomar nota en esa primera escucha de The Magic Whip me encuentro con la siguiente descripción del track 6: “energético, típico sonido de Blur, muchos sintetizadores sobre las guitarras y coros. Coxon se encargó de otorgarle un sonido moderno a una canción que parecía haberse quedado perdida en algún álbum ochentero.
7.MY TERRACOTA HEART
Más referencias conceptuales que nos acercan a la cultura China: el corazón terracota de los millones de habitantes de la “claustrofóbica isla”, según palabras del mismo Coxon. De hecho, la percusión nos suena a una marcha interminable de soldados y su melodía triste de nuevo nos lleva a algún bonus track del “Everyday Robots”. Sin embargo, la letra nos habla de la relación de amistad con altos y bajos entre él y Albarn. Una revelación.
8.THERE ARE TOO MANY OF US
Con otro inicio marcial, Rowntree comanda este desfile que es como la continuación lógica del track anterior. Es otro referente conceptual a los días que la banda pasó en el oriente respirando el día a día de una ciudad atestada de cuerpos y rostros sin rostro. Aumentando la intensidad lentamente, esta canción apareció como “single”, así entre comillas, el 20 de marzo.
9.GHOST SHIP
Acá nos enfrentamos a una notable interpretación de Damon Albarn, quizás la mejor de todo el disco, que navega por una alegre melodía pese a su título oscuro. De pronto da la impresión de ver al frontman más cómodo cuando el sonido que logra la banda se asemeja a sus otros proyectos (Gorillaz en este caso). La letra no fue completada en la primera etapa hongkongiana. De hecho, Damon tuvo que volver a comienzos del 2015 para buscar algo más de inspiración y poder así terminar de escribir lo que quería decir.
10.PYONGYANG
Aquí todo deja Hong Kong para situarse en esa inaccesible Corea del Norte. Un lugar que huele a reino mágico, no por lo encantado del lugar, sino porque aparentemente todos sus habitantes viven bajo un hechizo. Una canción intensa que logra describir muy bien el vacío y la soledad del reino de Kim Jung. Resuenan campanas de toques de queda y que también nos recuerda al “Think Tank”. La canción favorita de Dave Rowntree, tal como declaró el baterista en una entrevista con Rock and Pop.
11.ONG ONG
El himno del disco, el coro de estadios (“I wanna be with you”). En tres minutos nos enfrentamos a una de esas canciones que fácilmente podrían cerrar un show de los Blur. Quizás no a la altura de “The Universal”, pero Ong Ong tiene cara de próximo single pese a su abrupto final. A preparar las gargantas.
12.MIRRORBALL
El último track del disco debía traer nuevamente esos arreglos de cuerdas orientales como para que no nos olvidemos que este disco nació de ideas trabajadas en Hong Kong. Los Blur intensifican una vez más esa nube de sonidos que se han venido mezclando en los 11 tracks anteriores. El choque cultural iniciado en lejano oriente y moldeado en Londres nos entrega ahora una canción que seguro tiene orgulloso a su retocador, Graham Coxon. Las capas de guitarras le dan cuerpo a una canción simple y que en versión “demo” no era tan ambiciosa.
