El viernes fue un día muy intenso, la lluvia y la tormenta nos pusieron a prueba a todos. La organización del festival decidió suspender todos los shows por 40 minutos debido al peligro de producirse algún accidente eléctrico. Yo había terminado de ver el show de Crystal Fighters en el John Peel Stage y estaba a la espera de los Wild Beasts y Chvrches cuando vino el anuncio. Opte por no moverme de ahí porque, primero no alcanzaría a llegar a ver a Lily Allen que estaba en el Pyramid a la misma hora, y segundo porque la lluvia era tan intensa que impedía moverse por el campo. Pasaron esos 40 minutos y llego la luz, y con ello un inmenso arcoíris que alegro tanto al público como a los fotógrafos. El retraso lo pagaron los Foster The People e Interpol. Tuvieron que acortar sus shows de hora y media dejándolos solo en 60 minutos.
Pero así como desaparecía la lluvia, desde los pies comenzaba a subir el frio. Los “welly wankers” salpicando barro y el piso resbaladizo hacían aun más desagradable enfrentar esos charcos de lodo que en algún momento fueron vías para peatones. Pero como siempre, a la gente parece no importarle mucho. A la gente me refiero a los “festival goers” como se le llama a esa fauna colorida y pintoresca que puebla cada fin de semana del verano en este país todos los eventos musicales que existen. Vivir el barro de un festival es experimentar la realidad de un evento en el Reino Unido. Una prueba de sobrevivencia para los que acostumbran un Lollapalooza en el cemento del Parque O’Higgins o en una arena techada.
Espera. Otra lluvia torrencial en este momento. La nube gorda y negra toco el suelo nuevamente y se sintió como que te iba a aplastar. Yo aun en la sala de prensa en la noche de un día agitado. Espero que mi carpa este aun en pie. A mi derecha, a 200 metros los Arcade Fire cierran su show, a mi izquierda, a 500 metros Skrillex no quiere irse del Other Stage. Alla lejos en la colina los Metronomy recién empezaron a tocar. Un poco más cerca Richie Hawtin hace girar sus vinilos para la multitud que menos siente la lluvia (las fiestas electrónicas son casi todas bajo techo). Lo mismo debe estar haciendo Jamie XX en el escenario contiguo. La fiesta sigue sin importar la nube ni la tormenta, ni el corte de energía ni el lodo que fluye como chocolate en la ensalada de pasto de la granja.
El clima de hoy ha puesto un filtro y me rendí más temprano. No habrá caminata hacia la colina esta noche. Me largo a mi carpa, ojala aun este ahí por mi.