Nuestras manos son así para poder pegar combos.
Un estudio publicado en el Journal of Experimental Biology llamado “Refuerzo protector del puño humano y la evolución de la mano homínida” sugiere que nuestras manos no sólo evolucionaron para tener una mayor destreza manual para fabricar herramientas o crear arte, sino que también para que pudiéramos empuñarla y pelear con otros seres humanos.
Si fuera sólo para fabricar y manipular cosas, tendríamos el pulgar más largo. Pero como también necesitamos empuñar para pelear y defendernos, los dedos se acortaron.
Así con la evolución.