Está en marcha blanca la “Casa sísmica”, última atracción del Museo Interactivo Mirador.
Dentro de la cabina de simulación, amoblada como una casa, y mientras esta se mueve horizontal y verticalmente con gran fuerza, en una ventana-pantalla se muestra lo que ocurrió realmente en las calles durante ese día. En este caso, el derrumbe de la iglesia de la Divina Providencia, el corte de luz y la explosión de los generadores. Los efectos recrean también el ruido subterráneo, la quebrazón de vidrios, y el primer despacho radial que corresponde al que se emitió ese día. Toda la ingeniería y la puesta en escena, con un costo total de 400 millones de pesos, logra recrear vívidamente lo ocurrido con el fin de familiarizar a los niños con eventos naturales propios de un país sísmico. La idea es conocer y aprender sobre el origen de los movimientos telúricos, para entenderlos y reaccionar adecuadamente. Por eso, antes de entrar al simulador, recorren módulos interactivos sobre el origen de la Tierra, el movimiento de la placas, la formación de tsunamis y la construcción de casas antisísmicas.
El simulador de terremotos abrirá al público el 14 de noviembre.