Los rusos dicen que provocó daño psicológico al público.
La semana pasada Madonna se presentó en San Petersburgo (Rusia) y se mandó el medio discurso para apoyar a los gays en ese país. Hubo varios que criticaron esta acción, pero un grupo de activistas rusos homofóbicos llegaron al extremo y demandaron a la cantante por más de 10 millones de dólares.
Este es el asunto. La reina del pop repartió unas pulseras rosadas anti homofobia al público en el concierto y les dijo a todos que debían "luchar por el derecho de ser libres". Esto en respuesta a una nueva regulación adoptada en San Petersburgo donde la ciudad prohibió la marcha del orgullo gay porque promovía la propagación de la homosexualidad, como si fuera contagiosa.
Según dice la revista Rolling Stone, la demanda fue hecha por miembros de la Unión de Ciudadanos Rusos, la Asamblea Popular y el partido de la Nueva Rusia. Alegan que Madonna con esa acción provocó estrés psicológico y shock emocional a la audiencia.
Recordemos que la cantante no se ha portado muy bien en Rusia. También defendió a la banda Pussy Riot, que fueron condenadas a dos años de cárcel por manifestarse en contra del presidente Vladimir Putin en la Catedral de Moscú.